Postales del Traficante: la espada de Stalingrado
Vieja simbología para una nueva y moderna guerra. Ni Excalibur, ni Anduril, ni la Tizona del Cid. Martin Amis dedica algunos párrafos de Koba el Temible a los amigotes de la vieja guardia de Koba, de cuando los tiempos de la represión en Tsaritsin (algunos de ellos luego serían reprimidos a su vez por orden del mismo camarada Stalin). En una nota al pie el autor se refiere al siempre incompetente Voroshílov. (...)En Teherán durante la conferencia de los Aliados de 1943, cuando Churchill, en un ambiente de emoción histórica, entregó a Stalin ("por orden del rey") la Espada de Stalingrado, Voroshílov consiguió que se le cayera mientras se la llevaba de la sala con toda solemnidad. Es una de tantas anécdotas chistosas que recorren el libro (la risa). Por cierto, Tsaritsin, años antes del emotivo encuentro recogido en la foto pasó a llamarse Stalingrado (luego Volgogrado) y ya estaba cubierta de cadáveres (los veinte millones) cuando se produjo la invasión alemana.
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Muera el Nuevo Orden Mundial!! -