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El traficante de libros

Peligros de la literatura III

Peligros de la literatura III Fernando Báez: Historia universal de la destrucción de libros. De las tablillas sumerias a la guerra de Irak

El caso de los libros-bomba


Una de las preocupaciones que se añade a esta crónica de la destrucción de libros es el uso particular dado por algunos terroristas y carteles de la mafia a los libros. Desde hace ya muchos años, se han elaborado libros-bomba, volúmenes en cuyo interior se colocan explosivos de alta potencia para matar a su destinatario cuando éste lo abre. El libro, utilizado como un medio de intimidación o asesinato, se convierte así en un instrumento de terror bastante efectivo, y cualquiera puede ser víctima de este tipo de ataque.


Hay cientos de manuales clandestinos sobre cómo hacer un libro bomba. En Internet hay textos con instrucciones detalladas sobre el uso de componentes y las construcciones menos arriesgadas. Hay incluso preferencias por ciertos autores y abundan las listas de títulos, categorías de palabras, tamaños... Ciertos grupos, por ejemplo, consideran inadecuada
la Biblia y en cambio muy útil Don Quijote.


Terroristas como el Unabomber hicieron uso de este mecanismo perverso en 1980. La Casa Blanca recibe año tras año cientos de libros con bombas, que desactivan los organismo de seguridad. En Colombia, es bastante frecuente el envío de libros-bomba a políticos, fiscales, periodistas o militares. En el 2002, por ejemplo, el fiscal general de este país recibió una biografía de Simón Bolívar, en cuyo interior había 210 gramos de nitrato de amonio, los cuales hubieran podido matarlo sino fuera porque una brigada especial actuó con gran celeridad. En diciembre de 2002, el senador Germán Vargas Lleras quedó gravemente herido después de la explosión de un libro bomba. Y hechos como éste se repiten semanalmente en este país.


Cientos de empleados postales, portales, secretarias, y hombres y mujeres de los más variados oficios, han muerto por esta causa. El 12 de diciembre de 2002 fue enviado un libro-bomba a la sede de la oficina de la redacción del diario
El País, en Barcelona. Los responsables de este atentado frustrado fueron miembros de un grupo llamado Cinco C, opuestos al capitalismo, a las cárceles y a los carceleros.


El 27 de diciembre de 2003 de diciembre de 2003 estuvo a punto de morir Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, cuando abrió un libro bomba en el que se había colocado pólvora. El ejemplar que recibió fue
Il piacere de Gabriel D´annunzio.

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