Peligros de la literatura II
Los libros visten una habitación, escribió Anthony Powell. Jake se dijo que en estos tiempos posteriores al milenio, los libros también vestían la cultivada vida de muchos asesinos en serie.
Jerry Sheriff, el hombre que asesinó al presidente de la Comunidad Europea, Pierre Delafons, le leyó "La Tierra Baldia" de Eliot de cabo a rabo antes de volarle la cabeza. Greg Harrison, típico ejemplo de asesino ocasional, estaba escuchando un disco de poemas de John Betjeman cuando, de pronto, fue poseído por un acceso de locura asesina y, armado con un montón de granadas, sembró el terror en las calles de Slough, y mato a cuarenta y una personas. El asesino en serie norteamericano Lyndon Topham dijo que había matado a un total de veintisiete personas en diferentes partes de Texas porque eran los Caballeros Negros de "El Señor de los Anillos" de Tolkien. Y Jake ya había perdido la cuenta de los asesinos en serie que pretendían estar influidos por Nietzsche.
0 comentarios